miércoles, 11 de abril de 2018

IGLESIAS MUDÉJARES DE SEVILLA


IGLESIAS MUDÉJARES DE SEVILLA 


Por Elisa Simon


Iglesia de San Andrés, de origen mudéjar con añadidos en siglos posteriores . 
En 1248 cuando Fernando III conquistó la ciudad, los castellanos se encontraron con una medina grande, capital de al-Andalus. Una ciudad con defensas fuertes, un alcázar inexpugnable, una infraestructura hidráulica, que abastecía de agua a toda la ciudad. Una ciudad que ofrecía todos los servicios para una población que vivía apiñada en la medina, repleta de mezquitas de barrio, unas más grandes y otras más pequeñas, así como zawiyas. Abundaban los baños, hornos, mercados, funduq, una madrasa, el puerto fluvial, los astilleros y las atarazanas. El puente de barcas, el primero que tuvo Sevilla, que mantenía comunicado el aljarafe con los zocos y la impresionante mezquita aljama. A grandes rasgos así era la ciudad almohade.

La sociedad había alcanzado un alto nivel de desarrollo en las técnicas de construcción, las artes, la alfarería, la yesería y el trabajo en madera. Los edificios más importantes mostraban una alta sofisticación en la decoración. Los arcos lobulados, los paños de sebka, los mocárabes, arcos de herradura apuntados. Se empleó sistemáticamente el ladrillo frente a la piedra. En Sevilla vivía una población profesional, que conocía este tipo de arte, con alto conocimiento de geometría y matemáticas. 

La corte castellana de Fernando III tomó el Alcázar como primera medida. El rey estableció un gobierno local o Consejo, formado por 24 caballeros, hombres de la nobleza castellana, que habían colaborado en la conquista de la ciudad.

Según indicaba las capitulaciones, la población andalusí debió abandonar la ciudad en el plazo de un mes. No se sabe cuántas familias partieron. Se sabe, por ejemplo, que desde el puerto de Sevilla zarparon entre 5 y 8 galeras en dirección a Ceuta. Otras se fueron hacia el norte por la ruta de la plata, mientras que otros se refugiaron en en Aljarafe.
La ciudad de los primeros años después de la conquista es una ciudad casi vacía, donde las casas y edificios deshabitados empiezan a deteriorarse.
La falta de compromiso de los conquistadores para con las nuevas tierras y la alta cualidad de las edificaciones andalusíes, que hacían innecesarias una inversión inmediata. Cuando la nobleza castellana se quizo implicar en el desarrollo urbano, los modelos islámicos se habían adaptado y su continuidad dentro del mudéjar fue una constante.


plano de la judería y la morería de Sevilla en el siglos XIII y XIV. Museo Mudéjar de Sevilla


En 1250 la mezquita aljama se consagró en Iglesia de culto católico, pasando a ser Iglesia Mayor de Santa María, como era habitual bajo Fernando III. El infante don Felipe, hijo de Fernando III, fue nombrado primer arzobispo de Sevilla, sin embargo por ser menor no podía ejercer su cargo, por lo que fue nombrado Don Remondo, administrador del Cabildo.

El libro del repartimiento, se comenzó a redactar bajo Fernando III. Entre muchas cosas en él se indica que, todas las mezquitas, había unas 80, pasaron a ser propiedad de la Iglesia. Don Remondo, escogió las mejor situadas, las más grandes y las mejor acabadas mezquitas de barrio para convertirlas en Iglesias. Estableció así las collaciones o parroquias, siguiendo el orden de los barrios andalusíes que había en la ciudad. Esas mezquitas pasaron a denominarse Iglesia de san Gil, de San Julián, de Santa Lucía y así hasta un número de 24. Al menos 3 eran exentas, es decir, que no tenían casas adosadas y contaban con patio.

Siguiendo las indicaciones del rey Fernando III, quedó una mezquita situada en la aljama o morería, donde viviría una mínima población musulmana y otras 3 situadas en un barrio junto al alcázar, fueron entregadas a los judíos sevillanos, quienes las convirtieron en sinagogas, desplazando de esta manera la judería andalusí.

Las mezquitas más pequeñas, muchas adosadas a las casas, muchas sin patio y sin espacio libre delante, las repartió entre la nobleza, quienes les dieron un uso no religioso. Probablemente habría zawiyas o pequeños oratorios, que se consideraron mezquitas. Tan abundante era el numero de mezquitas que a pesar del establecimiento de las parroquias quedaban aún muchas sin ninguna utilización. Muchas fueron demolidas, otras pasaron a formar parte de palacios, monasterios y conventos. 

Este inmenso reparto se inició bajo Fernando III y continuó bajo Alfonso X e incluso Sancho IV (1284-1295).
Fernando III murió en 1252. Su hijo y sucesor Alfonso X lo enterró en la Iglesia Mayor, que seguía siendo el edificio de la mezquita almohade.

La superficie de la sala de oración con sus 17 naves, se dividió en dos espacios separados por una verja de hierro. Hacia el lado oriental se situó la capilla real, donde fue sepultado el rey Fernando III. Se colocó allí la estatua de la virgen de los reyes en un altar portátil. Hacia el otro lado del edificio se estableció el cabildo catedral, con coro y la imagen de santa María de la sede. A lo largo de los siglos XIII y XIV se construyeron capillas, de estilo mudéjar decoradas con yesería y alicatados, adosadas a los muros, así como en la galería del patio de los naranjos. El patio en sí se utilizó también como mercado. Después de 1356, se aprovechó el terremoto para derribar la mezquita y levantar una catedral gótica, al estilo del Cister.

Alfonso X fundó en 1254 las escuelas generales de latino y arábigo, en el colegio san Miguel, cuya portada también es mudéjar y del cual quedan algunos restos escondidos entre los edificios del cabildo, en pleno centro de la ciudad.


patio donde estaba situado el Colegio San Miguel, en el pasaje del Cabildo, Sevilla 


placa en el patio, donde se indica la fecha de la fundación del Colegio. 


Alfonso X nombró al canónigo Gonzalo Martínez de Torrelobatón “mayordomo de las mezquitas” mientras que don Remondo sigue gozando de la máxima confianza del rey Alfonso X. Y es el máximo responsable de la venta, arrendamiento o cambio de las mezquitas.

Se sabe que una mezquita situada en la plaza de san francisco, una de las más grandes fue entregada a los genoveses para hacer de ella su lonja. Según parece 3 tiendas entre las actuales calles Sierpes y Francos fueron mezquitas.
En 1260 Alfonso X solicita al cabildo, que una mezquita sea entregada para que habiten en ella unos físicos, que habían venido a la ciudad a enseñar.

A partir de 1272 según noticias del mayordomo de las mezquitas Gonzalo Martínez de Torrelobatón, da a Gonzalo Ruiz y su mujer una mezquita en la collación de san Vicente, “en tal manera que la tengades e vos siruedes della en vuestros días de amos ados, e que fagades y una casa en para de la otra que está y fecha, así como tiene la pertenencia dela calle fasta las tapias nuevas que y están, de buenas tapias, e de buena madera”
Cedió otra mezquita situada en el arena de Sevilla próxima a las nuevas atarazanas y al puentecillo morisco, detallando “quela cabtengades e la meioredes … et que fagades en esta mezquita dos portales, el uno ante la puerta e el otro que se tenga con él fasta la otra espina que tiene mientes ala daraçana, e que sena fechso e acabados de bona madera, e de bona teja, e de bona obra” (1277)

Algunos de los andalusíes que se habían refugiado en el Aljarafe regresaron a la ciudad convertidos en mudéjares, nombre dado a los andalusíes musulmanes, que decidieron quedarse en tierras conquistadas por los castellanos. Si bien el número de mudéjares al parecer era pequeño, vivían en la morería, barrio del Adarvejo, donde seguía en funcionamiento una mezquita para ellos. Muchos de estos mudéjares eran profesionales de la construcción, artesanos, carpinteros o alfareros.
Estos artistas mudéjares hicieron que las artes industriales alcanzaran gran desarrollo, en las iglesias y monasterios. A lo largo del siglo XIII ellos conservaron la tradición del arte almohade, transmitiéndolo a las posteriores generaciones que llevarían a su culminación el arte mudéjar en Sevilla en el siglo siguiente. En 1275 un documento dice “ que fagan los moros bannos e tiendas e fornos e molinos e alfóndegas que lo fagan esto ala costumbre de los moros”.

En 1287 el maestre don Pero Fernández les encarga una obra a los judíos don Mosse hijo de don Abrahin, el maestro de la judería y don Vidal diciéndoles “ de tal manera que vos, los sobredichos judíos, adobedes los molinos de buena argamasa. Assi como fue en tiempos de los moros …

Los constructores de las Iglesias mudéjares de Sevilla fueron alarifes musulmanes y judíos así como otros maestros burgaleses. Los alarifes tenían su libro de reglamentos, llamado, Libro del Peso de los alarifes y la Balanza de los Menestrales, libro de las antiguas ordenanzas de los alarifes de Sevilla. El libro daba normas sobre cómo hacer las obras y ofrecía la resolución de los pleitos que se pudieran presentar. Especifica quienes son alarifes. Eran técnico del oficio, con estudios de geometría y de ingenios de tipo militar. Estaban muy bien valorados.


Los invito ahora a dar un paseo por Sevilla, para visitar algunas de las Iglesias mudéjares, para ver sus características y singularidades de algunas de ellas. 


Omnium Sanctorum, en calle Feria, Macarena, Sevilla.

La Iglesia de Omnium Sanctorum, situada en plena calle Feria del barrio de la Macarena, muestra algunas características de estos templos medievales. La portada está realizada en piedra, con una portada abocinada, casi sin decoración. Suelen ser templos de tres naves, siendo la central más ancha y más alta. Desde el exterior se distinguen bien los tres óculos por donde entra la luz. Otra característica que tienen estas Iglesias es la situación de la torre, siendo sólo una y siempre al norte. La orientación de estos edificios suelen guardar la de las antiguas mezquitas, ya que fueron levantadas aprovechando sus cimientos, así como la parte inferior de los alminares. La torre de Ominium Sanctorum es un buen ejemplo de la adaptación de los paños de sebka almohades al estilo mudéjar. 


interior de iglesia de Ominum Sanctorum, tumbas de los marqueses de la Algaba. Con azulejos mudéjares. 

La iglesia de Santa Marina es otro buen ejemplo de estas Iglesias sevillanas. Situada también en el barrio de la Macarena, en la calle san Luis. 




Es una de las más lindas iglesias mudéjares. Si se fijan, en la fachada, muestra algunas imágenes de santos, alrededor de la portada abocinada. En esta portada se nota una evolución en la decoración.  


El interior de Santa Marina es muy interesante, porque a lo largo del siglo XIV se fueron añadiendo espacios a las naves. Se trata de capillas funerarias, donde fueron enterrados gente de la nobleza o personajes con dinero. Algunas de estas personas eran conversos y seguían los gustos andalusíes. De ahí que estas capillas fueran construidas a modo de qubbas almohades con espléndidas cúpulas, como ésta de la capilla de la Piedad. Según los anales de Diego Ortíz de Zúñiga, la mandó construir Juan Martínez, armador real, el cual está enterrado junto con su mujer en esta capilla. 


cúpula de la capilla de la piedad, iglesia santa marina, Sevilla


espléndida cúpula de inspiración nazarí, decorada con lacerías, mocárabes, atauriques, caligrafía y concha. 


El interior de la iglesia de Santa Marina guarda las características de estos templos mudéjares. Planta de tres naves, con artesonado de madera, el de la nave central, realizado con la técnica "a par y nudillo", mientras que los laterales se cubren con la técnica de "colgadizo". Pueden distinguir que el ábside, la zona más sagrada de una Iglesia, está realizada en piedra, siguiendo los cánones del Císter gótico. Al ser alzado en piedra, el ábside necesitaba contrafuertes en el exterior para poder aguantar el peso. 



contrafuertes de la iglesia de santa marina, sevilla 


La Iglesia de Santa Catalina es quizá el mejor ejemplo, donde se puede distinguir que en su día fue mezquita de barrio. Levantada en la primera mitad del siglo XIV. Observen la orientación, la situación de la torre, la parte inferior de la misma. Las pequeñas dimensiones del edificio. Actualmente sigue en restauración en el interior. Otra peculiaridad de esta iglesia es que su fachada no es suya. La portada original está oculta por la portada de la iglesia de Santa Lucía, que fue traslada hacia 1929. 

iglesia de Santa Catalina, sevilla


portada de la iglesia de Santa Catalina, sevilla 
Aquí tienen la portada que originalmente pertenecía a la iglesia de Santa Lucía y que fue trasladada a la de Santa Catalina. 

Pueden ver que el tipo de portada y su decoración se repite.
El ábside de la Iglesia de Santa Catalina es de la primitiva iglesia, muestran el trabajo en ladrillo mudéjar, con los arcos almohades. 




Una curiosidad es la ya mencionada Iglesia de Santa Lucía, que en su día también fue mezquita de barrio. Situada en el barrio de la Macarena, cerca de la muralla almohade, al final de la calle Sol. Por su ubicación, algo alejada, indica que se trataría de una mezquita y luego Iglesia de carácter secundario. En el siglo XIX fue desacralizada, y hoy alberga el Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía. Vean como es hoy en día el interior. 



antigua Iglesia de Santa Lucía, hoy Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía, Sevilla

La iglesia más antigua de la ciudad, que fue mezquita de barrio es la de San Gil. Fundada por don Ramondo, en tiempos del rey Alfonso X. Se alzó sobre una mezquita, debió construirse entre 1259 y 1286. Restaurada después del terremoto de 1356 y posteriormente también. Sigue las mismas características que estamos mencionando, con tres naves, ábside ochavado en piedra, portada abocinada. Situada cerca de la muralla, junto a una de las vías más importantes de acceso a la ciudad, en el barrio de la Macarena. Una de las peculiaridades es que en los contrafuertes del ábside de piedra se alternan columnas con pilares. 



contrafuertes de la iglesia de san gil, sevilla 

En el interior de San Gil, deben fijarse en estos hermosos alicatados en el ábside. El párroco muy amable, nos dejó acceder para sacar las fotos. 
en el ábside se encuentran estos alicatados originales del siglo XIV. 


En el centro de la ciudad se encuentra la hermosa iglesia mudéjar de San Andrés, frente a una amplia plaza llena de bares de tapas. En este caso también se aprovechó una mezquita de barrio, de la cual quedan pocos restos en el arranque de la torre y al parecer parte de una de las capillas. Si bien el templo de tres naves fue levantado en el siglo XIV, fue restaurado después del terremoto de 1356 y se fueron añadiendo espacios a lo largo de los siglos. 


Iglesia San Andrés, Sevilla 


 lateral de la iglesia de San Andrés, Sevilla 



En este lateral de la Iglesia de San Andrés, podemos ver los añadidos que tuvo este templo a lo largo del tiempo. Pueden distinguir los contrafuertes del ábside en piedra rematados con almenas de gradas, al igual que la cúpula de la capilla funeraria que se asoma entre los naranjos. La capilla, de 1483, pertenecía a la familia Villasís, condes de Peñaflor. Pedro Villasís podría ser converso. El era el encargado de recaudar un impuesto llamado "farda". Había un dicho en la ciudad que decía "judío de larga nariz, paga la farda a Villasís". Aquella capilla funeraria es hoy la capilla sacramental que muestra esta magnífica cúpula gallonada sobre trompas, mudéjar realizada en ladrillo. 



cúpula de capilla funeraria de la iglesia de San Andrés. 


En un costado del ábside se encuentra esta yesería con inscripciones en árabe, probablemente perteneciente al templo mudéjar primitivo. 

yesería mudéjar en un lateral del ábside de la iglesia de San Andres, Sevilla con inscripciones en árabe. 



 Vamos a ir acabando nuestro recorrido por la zona centro, en la iglesia de San Pedro. Si bien la portada es de siglos posteriores, así como el cuerpo superior de la torre, sin embargo guarda algunos detalles de época mudéjar. 
iglesia de san pedro, sevilla 



 Si se fijan en los detalles de las ventanas de la torre, están realizadas con arcos lobulados enmarcados en un alfiz. 
En su interior vean la decoración mudéjar de este altar, 
interior iglesia san pedro, sevilla 

así como la cúpula de la capilla funeraria realizada hacia 1379, cúpula sobre trompas con adornos de lacería de ocho en ladrillo recortado y algunas piezas cerámicas. 

cúpula de la capilla del sagrario de la iglesia san pedro, sevilla 


Debemos incluir en este paseo la iglesia de San Marcos, por varios motivos. Fue fundada por Fernando III y levantada sobre una mezquita. Al igual que las demás fue restaurada después del terremoto del siglo XIV. 
En la fachada de la portada aparece un elemento nuevo, se eleva el dintel de la portada para incluir un friso de ataurique y lacería a base de pequeños arcos lobulados y paños de sebka, que es una muestra del esplendor del mudéjar en Sevilla. El dintel está sostenido por doce cabecitas de leones. 

fachada del iglesia san marcos, sevilla 

detalle de esta cenefa, con arcos polilobulados y paños de sebka, iglesia san marcos, sevilla 


iglesia de san marcos, sevilla 

El interior de la iglesia fue reconstruido, si bien se puede observar, el empleo del arco de herradura dentro de un alfiz dentro del estilo mudéjar, sostenidos sobre pilares cuadrados. Fíjense, como el ábside muestra el estilo gótico realizado en piedra. El artesonado original ya no existe. 

interior de la iglesia de san marcos, sevilla 

En este paseo hemos incluido algunas de las iglesias mudéjares, las más emblemáticas y aquellas que muestran alguna peculiaridad. Sevilla cuenta con dieciocho iglesias mudéjares de las 24 mezquitas principales convertidas en templos cristianos a lo largo de los siglos XIII y XIV. Fueron los alarifes mudéjares quienes las levantaron, dejando en cada una de ellas la huella, la herencia de aquellos artistas andalusíes, que decidieron vivir bajo dominio cristiano. En este artículo hemos mencionado sólo algunas de estos ejemplos de arquitectura mudéjar, sin embargo, tenemos en esta ciudad uno de los mejores ejemplos de toda la Península: el Alcázar del rey don Pedro, sin olvidar que en los siglos siguientes este estilo siguió vigente entre la nobleza, como en Casa de Pilatos, del siglo XVI y otros palacios tales como Casa de los Pinelo, Casa Salinas, Palacio de las Dueñas, Palacio de Altamira, Palacio de los Mañara, Palacio de la condesa de Lebrija. Todos ellos guardan el estilo mudéjar adaptado a su tiempo. 
Ya entrado el siglo XIX, el estilo llamado neomudéjar fue empleado en Sevilla en el palacio de la Buhayra y ya en el siglo XX, con el arquitecto Aníbal González, el estilo mudéjar se puede contemplar en la plaza de América en el parque de María Luisa, en el pabellón mudéjar, hoy día Museo de Artes y Costumbres Populares. 


BIBLIOGRAFÍA:

-               Las mezquitas de al-Andalus. Susana Calvo Capilla
-               De mezquita a iglesia: el proceso de cristianización de los lugares de culto de al-Andalus. Susana Calvo Capilla 
-               Edades de Sevilla. De Hispalis a Ishbiliya. Magdalena Valor Piechotta
-               Arqueología y mezquitas urbanas en al-Andalus: Estado de la cuestión. Carmen González Gutiérrez  
-               Libro del repartimiento de Sevilla. Julio González
-               Mudéjares y moriscos sevillanos. Celestino López Martínez
-               Arquitectura alfonsí. Rafael Cómez
-               Arquitectura mudéjar sevillana. Diego Angulo Iñiguez
-               Historia de Sevilla. La ciudad medieval (1248 – 1492). Miguel Ángel Ladero Quesada
-               Crónica de Diego Ortiz de Zúñiga. Biblioteca virtual Junta de Andalucía