lunes, 24 de marzo de 2014

Mi escapada a Granada

MI ESCAPADA A GRANADA

Les quiero contar los cuatro días fantásticos que pasé en Granada con mi amiga Mariam Gracia Mechbal, quien me brindó su casa y donde me sentí como en la mía.

vista general de la Alhambra desde mirador San Nicolás
Llegué con el primer tren, tomé un taxi y camino de la cuesta del Chapiz, la ciudad me dio la bienvenida, se presentó la Alhambra y una inmensa emoción hizo que mi corazón bailara al ritmo de zambra, con la mirada llorosa clavada en el palacio nazarí. El taxista me sacó de mi letargo, cuando llegamos a la Escuela de Estudios Árabes de Granada (CSIC) en la Casa del Chapiz del barrio del Albaycín. Mariam ya me esperaba, salió a recibirme y nos fundimos en un abrazo. Ella me mostró su lugar de trabajo, en una hermosa casa de origen nazarí y reformada en el siglo XVI, que cuenta con dos patios. Me contó Mariam, que en realidad, se trata de dos casas, donde vivía el señor “el Chapiz” con su familia y en la otra la familia de su esposa. Los patios con alberca central, se abren a las estancias distribuidas en dos plantas con pasillos corridos al estilo morisco y barandilla de madera labrada. Nos acercamos al jardín, antiguas huertas, donde los investigadores y demás trabajadores del CSIC pueden encontrar inspiración y tranquilidad, entre cipreses, cítricos y plantas aromáticas y una vista hermosa a la Alhambra.

Casa del Chapiz, Escuela de Estudios Árabes

El primer día lo aproveché al máximo, porque después de dejar a Mariam que contiuara con su trabajo, bajé a pie por el paseo de los tristes hasta el hammam al-Yawra, o del Nogal o del Bañuelo. Durante una hora me deleité en absoluta soledad fijándome en los capiteles califales y visigodos, en las columnas de mármol, me pasee por las tres salas, el vestíbulo y el patio de acceso imaginándome las fragancias, el sonido del agua, el calor del vapor, las conversaciones, unas públicas otras más privadas y todo a media luz.

Baño del Bañuelo o del Nogal

Proseguí el paseo matutino hasta Plaza Nueva, atravesé la Gran Via granadina en busca de la madrasa, que por fuera es un magnífico edificio del siglos XVII con varias restauraciones. En el interior me encontré con una joya del siglo XIV, el oratorio de la madrasa nazarí, que es lo único que se conservó de aquel centro de estudios superiores.  Consiste en una sala octogonal, restaurada, con rica decoración de yeserías policromada, mostrando paños de sebka, mocárabes, epigrafía cúfica y lo más lindo es el mihrab adornado con un hermoso arco de dovelas enmarcado dentro de un rectángulo. La sala está coronada por un artesonado de madera y una cúpula de mocárabes. Colores azules, rojos y blancos, motivos vegetales, ventanas ciegas y caligrafía adornan la sala dedicada a la grandeza de Dios.

mihrab de la madrasa de Yusuf I

Regresando a la vida mundana, me pareció estar en una ciudad andalusí. Calles estrechas y peatonales repletas de tiendas de artesanía granaínas y marroquíes. Entre imanes y postales, escuchaba música árabe. Me dejé llevar por el aroma a sándalo y almizcle hasta la alcaicería. Me faltaban ojos para ver tantas cosas lindas para comprar, en mi cara se dibujó una sonrisa permanente, mientras escuchaba hablar en dialecto marroquí entre lámparas de colores, fundas de cojines, teteras, bandejas, bolsos de piel, más música al ritmo de darbuka.  

alcaicería de Granada


De repente llegué a una calle, donde al fondo divisé un arco de herradura hermoso, torcí y me fui derechita hasta allá … era la casa del Carbón. La puerta de acceso me dejó con la boca abierta, por su majestuosidad y belleza nazarí. La atravesé y me ví en un funduq, tal cual, grande y espacioso. Recorrí el perímetro imaginándome el trasiego de comerciantes con sus atuendos y tocados típicos, charlando y haciendo negocio con gente local. Aceites, telas, joyas procedentes de otras tierras, entremezclado con los empleados del establecimiento que se ocupaban entre otras cosas del cuidado de los animales.  

puerta de la Casa del Carbón


Como todavía tenía tiempo, tomé un autobús hasta el parque de las ciencias, donde visité el pabellón dedicado a las ciencias en al-Andalus. Este pabellón, de dos plantas, esta gestionado por la Fundación El Legado Andalusi. En él se exhiben perfectas reproducciones, maquetas, mapas y planos del legado científico andalusí y sus aportaciones al mundo occidental. La importancia del papel, la música, los materiales de construcción y modos de trabajar la madera, estuco y cerámica. La hidráulica, la botánica, la medicina, la astronomía, las matemáticas, la óptica, la alquimia, la farmacología, la agronomía, la cartografía, la navegación, la física, la geografía, desplegado en un amplio espacio multimedia. La librería del pabellón es otra maravilla, donde hay cómodos sillones para hojear los libros que tienen a la venta, tanto de la Fundación El Legado Andalusí, como del CSIC o novelas históricas de temática andalusí.  

reproducción de astrolabio

pabellón la ciencia de al-Andalus - parque de las ciencias
Al día siguiente fui paseando por el Albaycín hacia el Palacio de los Olvidados, pero me perdí y fue una maravilla deambular y descubrir cuestas estrechas, rincones tranquilos, diminutas plazuelas, entre casas y carmenes con pequeños balcones y algunas puertas con forma de herradura y lo más grande fue entre calleja y callejuela se asomaba el palacio de la Alhambra  ¡Un auténtico regalo para la vista!

calle del Albaycín
calle del Albaycín




















Llegué a la hora prevista al flamante museo de la cultura sefardí para la visita guiada. Mercedes, una joven con muchos conocimientos, me mostró las dos plantas de esta casa-palacio donde se exhiben la colección de la familia Crespo de Úbeda. Legajos, libros, objetos de la vida diaria, de la liturgia y el espacio dedicado a la mujer conforman este lugar especial donde se recuerda a los olvidados, como el visir Ibn Nagrella, Hasday ibn Shaprut, Ibn Gabirol y muchos más.

museo de cultura sefardí de Granada

Mi tour andalusí me llevó nuevamente por las cuestas del Albaycín hasta el Aljibe del Rey, situado en el corazón del viejo barrio. El Carmen y el aljibe del Rey pertenecen a la época dorada de los ziríes bajo el rey Badis. Un jardín-huerto con cítricos y plantas aromáticas, entre piezas romanas y visigodas halladas en la zona sirve de preámbulo para introducir al visitante en la historia de los aljibes y las fuentes del Albaycín. Javier, así se llamaba el guía, nos enseñó cada rincón del Carmen, nos explicó el centro de interpretación del Agua y finalmente el aljibe del rey Badis, al que bajamos por una empinada escalera. Es el más grande de los 27 que conforman el abastecimiento de agua en el barrio del Albaycín, con una capacidad de 300 metros cúbicos.

aljibe del rey 

Por la tarde y ya con la linda compañía de Mariam, fuimos a visitar los palacios nazaríes de la Alhambra. Sin palabras, sin poder expresar lo que sentí me dejé llevar por la belleza que encierran aquellas estancias a cual más hermosa, entre patios igualmente bellos. Una, dos, tres fotos … Fuimos recorriendo el patio de Machuca y el Mexuar, la sala de Comares y Arrayanes, más fotos … saludamos a los leones del gran patio, admiramos el jarrón de las Gacelas, expuesto provisionalmente. Una foto y otra más… Abencerrajes, Dos Hermanas, Lindaraja y el Peinador de la reina. En cada sala un suspiro, varios click de cámara, al tiempo que registraba los detalles en mi memoria, el trabajo de aquellos artesanos, que con cuidado y delicadeza llenaron los muros de hermosura sublime. Estucos, alicatados y techos y cúpulas de mocárabes que encierran símbolos divinos. Me sentí  inmensamente feliz y agradecí todo lo que estaba recibiendo. Me hubiera quedado a vivir allí, pero nuestro tiempo se agotaba y debíamos continuar …

la alhambra - patio de los leones

cúpula de la sala de dos Hermanas

Por la tarde quedamos para merendar con unas amigas de Mariam, Jesse y Patri. Mariam me contó que es una costumbre granaína, salir a merendar. Es posible que sea una herencia andalusí. Recorrimos algunas cafeterías, pero ¡¡estaban todas llenas!! Cada confitería y cafetería exponen dulces, tartas y pasteles a cual más seductor …

Entre charlas y risas se nos hizo de noche y continuamos paseando en busca de un bar de tapas en la zona de Gran Capitán. Gente y más gente, alegría, música y conversación mientras degustamos una tapa bien despachada en un bar acogedor. La noche continuó …

El tercer día se presentaba también lleno de sorpresas, fuimos las cuatro chicas a visitar la exposición “Arte y Culturas de al-Andalus – el poder de la Alhambra” en el palacio de Carlos V en la Alhambra. Con sumo interés y continuos comentarios fuimos recorriendo las salas de la exposición durante más de dos horas. El Patronato de la Alhambra y Generalife y la Fundación El Legado Andalusí organizaron esta muestra dentro de las actividades de la celebración del Milenio de Granada. Piezas valiosas de diversos museos fueron reunidas para exaltar la cultura y el arte andalusí. Museos españoles y portugueses facilitaron sus joyas andalusíes, así como Archivos y Bibliotecas brindaron sus libros y legajos para la exposición. La espada atribuída a Boabdil, la adarga nazarí, la marlota roja de Boabdil, capiteles, columnas, brocales, pilas, celosías, lámparas, jarrones, figurillas, arquetas, alhajas, monedas, candiles, piezas varias de cerámica, tejidos nazaríes, astrolabios, lápidas, documentos valiosos, en fin, el catálogo de la exposición bien vale la pena comprarlo para guardar un lindo recuerdo de esta singular exhibición.  

exposición arte y culturas de al-Andalus con Mariam

Cayó el manto nocturno sobre Granada y la luna llena brillaba con plenitud y nosotras cuatro disfrutamos nuevamente de las tapas con charla amena y muy divertida por calle Elvira. La noche continuó …  
En este viaje tuve la ocasión de conocer a Brígida Gallego-Coín, periodista y autora de dos novelas; una de ellas “La Perla de Granada”. Nos citamos en una de las muchas teterías, mientras degustamos un rico té a la menta con un pastelito marroquí, conversamos sobre la grandeza de al-Andalus, la belleza de la poesía y el personaje principal de su novela, la poetisa Hafsa. Grabamos nuestra charla con idea de convertirla en un artículo para el blog. ¡Fue un placer conocerla y una alegría poder darle un abrazo a Brígida!  

Brígida Gallego-Coín 

Otra de las personas que conocí fue Jose María García Flores, historiador y arqueólogo, que acaba de iniciar su aventura bloguera “Wadi-l-faw Patrimonio histórico, cultural y natural del bajo Guadalfeo”. Es un chico fantástico con mirada chispeante, amable, con mucha curiosidad, meticuloso en su trabajo, lleno de proyectos e ilusionado con el fututo. Un café fue suficiente para tomarle cariño a José María.

Jose María García Flores

No podía irme de Granada sin pasear por calles Caldelería vieja y nueva. En domingo y por la tarde, estaban todas las tiendas de ambas calles abiertas, las teterías llenas de gente con sus shishas y sus cuernitos de gacela. Los restaurantes y bares marroquíes y orientales decorados al más puro estilo árabe. Una vez más, me sentí cómoda entre dialecto marroquí, música y fragancias que recuerdan los zocos magrebíes. Agradecida y feliz me despedí de Mariam, Jesse y Patri, que ya están en mi corazón. Gracias chicas y hasta pronto …

Ya en la estación de tren, la luna de Granada se despidió con un guiño, la Alhambra me mandó un abrazo desde lejos y la ciudad entera me besó en las mejillas … hasta pronto Granada.     

paseo de los tristes

Elisa Simon

NOTAS:

-          “La Perla de Granada” de Brígida Gallego-Coín, editorial Ultramarina 

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